Luego del casi total fracaso del 3D en los televisores, las compañías están impulsando los televisores con resolución 4K. Pero la falta de contenidos e incompatibilidad con dispositivos los convierten en algo en lo que realmente no vale la pena invertir dinero.
Las principales empresas de tecnología nos han intentando convencer de que la resolución 4K es el futuro de los contenidos audiovisuales. Pero esto no obedece más que a una estrategia de ventas luego de haber reconocido que el 3D no fue bien recibido por los consumidores. El mayor problema con el 3D no era tanto la falta de contenidos ya que los televisores tenían la capacidad de crear un efecto tridimensional básico en contenidos que no eran de este formato originalmente sino la ridícula exigencia de usar gafas. En el caso del Ultra HD el contenido es excesivamente escaso y no parece ser que a corto plazo haya alguien dispuesto a modificar esto.
Si estás tomando la decisión sobre si invertir o no en esta nueva tecnología estas son cuatro razones por las cuales no deberías comprar un televisor 4K:
Falta de contenidos (y lo imposible de consumirlos)
Encontrar contenidos en resolución 4K es una verdadera hazaña. La industria audiovisual está intentando impulsar unos nuevo Blu-ray con capacidad máxima aumentada a 100 GB pero no hay apoyo por parte de los creadores de los contenidos y tampoco es una medida que responda a las demandas del usuario que está imponiendo el streaming como el medio de consumo preferido.
Sony es el mayor impulsor del Ultra HD ya que quiere conservar tres de sus negocios: el Blu-ray, vender nuevos televisores y nuevas versiones en otra resolución de las películas de su estudio. Lanzaron este año un centro multimedia para compatible con la nueva resolución pero la tienda incluyo solo 70 títulos al inicio y para fin de año esperaban llegar al muy bajo número de 100.
Aunque la oferta sea amplia existe otro problemas: las conexiones a Internet. El tamaño de estos videos es inmenso y la velocidad de conexión no ha evolucionada tanto como para que deje de representar un inconveniente.
No serán aprovechados por la nueva generación de consolas
Para la resolución HD la PlayStation 3 significó un gran impulso. Sin embargo la tecnología Ultra HD no contará con la misma suerte. La próxima generación de consolas de Sony y Microsoft no podrán sacar provecho de estos nuevos televisores.
La Playstation 4 soportará contenidos en 4K, pero no juegos. La Xbox One promete contenidos y juegos. Pero algunas expertos ya señalaron esto como algo imposible.
Si bien la tecnología en la próxima generación representa un gran avance no estaría todavía lista para soportar juegos 4K a una cantidad de cuadros por segundo razonables. Es más, se ha llegado a señalar que hasta para manejar gráficos en 1080p existirían problemas.
Problemas de compatibilidad con periféricos
Los centro multimedia y set-top-boxes fueron bien recibidas por el mercado. Un televisor 4K significaría probablemente perder compatibilidad con estos periféricos.
Si usamos algún dispositivo para ver contenidos en nuestro televisor vía streaming Wi-Fi es muy probable que nos encontremos con problemas debido a que la cantidad de información por segundo que necesita ser enviada de un dispositivo a otro en un video 4K es mucho mayor a la cantidad necesaria con resoluciones actuales.
Si compramos un televisor 4K deberíamos renovar también nuestras conexiones HDMI ya que algunos estándares de este puerto tienen problemas en transmitir tantos datos.
Igualmente la realidad seguramente será que los periféricos que ya compramos se vuelvan inútiles debido a que técnicamente no estarán capacitados para reproducir Ultra HD.
Son excesivamente caros
Un televisor 4K Sony de 55 pulgadas cuesta 4000 dólares. Uno Samsung de 65 pulgadas 5500 dólares. El centro multimedia compatible con Ultra HD lanzado por Sony cuesta 700 dólares.
Los precios son excesivamente caros, más cuando le sumamos el hecho de que estamos comprando un dispositivo prácticamente inútil para las necesidades de los usuarios.
Los televisores 4K responden solo a una necesidad: la de los fabricantes. La necesidad de continuar vendiendo con la excusa de renovar una tecnología ahora que los televisores HD ya inundaron la mayoría de los hogares de sus consumidores.
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