lunes, 12 de mayo de 2014

Para tu gato... Vos sos un gigante!


Pensás que sos su “mamá”? ¿Te sentís su “dueño”? ¿Creés que no podría vivir sin vos? Entonces, estás cometiendo tres errores. Las personas consideramos a los gatos como criaturas dependientes de nosotros, pero ellos nos ven de una forma muy distinta. Creen que somos sus pares: nos ven como otros gatos, más grandes que ellos, pero confiables.

Así lo describe John Bradshaw, director del Instituto de Antrozoología de la Universidad de Bristol (Inglaterra), en su libro “The new book cat sense”. Fanático de los felinos, estudió por más de 30 años su relación con los humanos y llegó a varias conclusiones interesantes:


- Cuando un gato se frota contra la pierna o la mano de una persona le está mostrando su afecto como si fuera otro gato.


- También saludan a los humanos de la misma forma en que se saludan entre felinos: poniendo la cola en posición vertical.


- El ronroneo no es un signo de que el gato está “feliz”. Cuando son pequeños, lo usan para conseguir que su madre permanezca inmóvil mientras están amamantando. En la edad adulta se utiliza como una señal para que los otros animales y las personas del entorno presten atención y traten de ayudarlos.

¿Por qué nos tratan de esta manera?

Porque son una especie menos domesticada de lo que pensamos. El 85% han sido criados por gatos callejeros, lo que los vuelve relativamente salvajes. Por eso, la interacción con sus dueños obedece mucho al instinto. En este punto se diferencian de los perros que, según lo publicado en el libro, fueron criados para satisfacer necesidades humanas. 


Bradshaw concluye que nuestras mascotas no pueden entender por qué somos "gatos" tan grandes y extraños, pero no se lo cuestionan por el cariño y el alimento que les damos. Ellos nos consideran buenos compañeros de hogar.


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