domingo, 11 de mayo de 2014

Que hace un perro en una Guerra?


La increíble historia de 5 perros valientes que dejaron huella durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

Bamse

Fotografía icónica de Bamse con su gorro marinero. 

Bamse era un perro San Bernardo verdaderamente especial que sirvió durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial en el mismo barco, el Thorodd. Mostró una notable inteligencia en el cuidado de la tripulación en situaciones difíciles y se convirtió en un símbolo de la libertad de Noruega durante la guerra. En el inicio de la Segunda Guerra Mundial el buque Thorodd fue reclutado por la Marina Real de Noruega como un buque de patrulla costera, con sede en Hammerfest, y Bamse fue inscrito como miembro de la tripulación oficial el 9 de febrero de 1940. Bamse levantó la moral de la tripulación del buque y sus actos de heroísmo le hicieron famoso. En el invierno de 1941 el Comandante Olav August Nilsen paseaba por el muelle de Dundee cuando fue atacado por un hombre que pretendía acuchillarle. Bamse, que había seguido al comandante, atacó al asaltante consiguiendo arrojarle al agua. Los testigos confirmaron que gracias a esa acción rápida y eficaz salvó la vida del comandante. En la primavera de 1942 Bamse, a bordo del dragaminas Thorodd, fue el único en observar caer a un marinero al agua. Profiriendo fuertes ladridos, para avisar a la tripulación, saltó al agua fría y turbia y consiguió traer al hombre con seguridad al muelle. Si no hubiera actuado con tanta rapidez probablemente se habría ahogado ya que el marino no sabía nadar. 

Pero la historia no termina ahí. Cuando estaban en puerto Bamse recogía a los marineros de los bares a donde iban y se aseguraba de que regresaran a la nave a tiempo para el servicio o el toque de queda. Empujaba literalmente a los marineros para sacarlos de los bares y si alguien trataba de escapar lo impedía hasta traerlos al barco. También era conocido por romper las peleas entre los compañeros de tripulación, poniendo sus patas sobre los hombros de los que peleaban, intentando calmarlos. Bamse se convirtió en mascota de la Marina Real de Noruega, y luego de todas las fuerzas noruegas. Murió por una insuficiencia cardíaca en el muelle de Montrose el 22 de julio de 1944. Fue enterrado con honores militares y a su funeral asistieron cientos de marineros noruegos, militares aliados, ochocientos niños alineados en silencio a lo largo del camino y gente de la ciudad de Montrose y Dundee. Su tumba es atendida regularmente por la población local y la Marina Real Noruega celebra una ceremonia conmemorativa cada diez años. Bamse fue galardonado a título póstumo con la medalla Hundeorden Norges por su servicio en la guerra. En 2006 recibió también la Medalla de Oro PDSA por su valentía y devoción al deber, siendo el único animal de la Segunda Guerra Mundial que ha recibido este honor.

Judy

Frank Williams y Judy.

Judy, un pointer inglés nacido en una perrera de Shanghai, en 1937, fue adoptado como mascota por la Armada Real Inglesa y estuvo en servicio activo en la campaña de Malasia y Singapur como miembro de la tripulación del Grasshopper. Cuando el barco se dirigía a Java fue bombardeado dejando a los sobrevivientes aislados en una isla deshabitada, la isla Sinkep, con poca comida y sin agua. Allí Judy fue capaz de encontrar un manantial de agua dulce que les salvó la vida. Después de haber demostrado que era un miembro importante del equipo, consiguieron apoderarse de un junco chino para salir de la isla y comenzar, una vez alcanzada tierra firme en la isla de Sumatra, una caminata de 200 millas desde el noreste de la costa de Sumatra a Padang. Lamentablemente los hombres entraron por error en un pueblo japonés y todos, incluyendo a Judy, fueron hechos prisioneros. Dentro del campo de prisioneros se mostró muy valiosa y muchos de los prisioneros le debían su vida ya que Judy daba la voz de alarma si escorpiones, lagartos o serpientes venenosas se acercaban y su habilidad para distraer a los guardias ayudaron a escapar a algunos hombres de una buena paliza. Judy odiaba a los guardias y el sentimiento era mutuo. Fue Frank Williams, su inseparable compañero, quien convenció al comandante del campamento para registrar a Judy como prisionero de guerra en un intento de protegerla oficialmente de los guardias y escogió un momento en el que el comandante se encontraba ebrio para que firmara los papeles. Así se convirtió oficialmente en el único perro prisionero de guerra. 


Una vez que fueron todos liberados, en 1945, Judy se convirtió en una heroína nacional. En mayo de 1946 recibió la medalla Dickin (la cruz de la victoria de los animales) “por su magnífica valentía y su resistencia en los campos de prisioneros japoneses, ayudando así a mantener la moral entre sus compañeros de prisión y por salvar la vida de muchos gracias a su inteligencia y vigilancia” y fue primera plana de los periódicos de todo el mundo. Si quieres conocer la historia completa de Judy, visita la página de Frank Williams.

Stubby

El "Gran" Stubby.

Stubby fue el perro más condecorado de la Primera Guerra Mundial y el único en ser promovido a sargento por meritos de guerra. El soldado Robert J. Conroy le adoptó cuando todavía era un cachorro en 1917 y pronto se convirtió en la mascota de la División 102 de Infantería de los EEUU. Aprendió los toques de corneta, los ejercicios e incluso una adaptación del saludo militar poniendo su pata derecha en la ceja. Stubby tuvo un efecto positivo en la moral de la tropa y se le permitió permanecer en el campamento, a pesar de que los animales estaban prohibidos. Cuando la división fue enviada a Francia a bordo del SS Minnesota, Robert Conroy se llevó a Stubby de contrabando escondido en la bodega hasta que el buque llegó a alta mar. Una vez descubierto, el oficial al mando permitió que les acompañara, despues de que Stubby le hiciera el saludo militar que había aprendido durante la instrucción. 

En el frente de batalla, Stubby se acostumbró muy pronto a los rifles de asalto y al fuego de la artillería pesada. Durante un ataque con gas, de madrugada, Stubby reconoció el olor y corrió a lo largo de la trinchera ladrando y mordiendo a los soldados para despertarlos y dar la voz de alarma, con lo que salvó muchas vidas. Stubby también tenía un talento especial para la localización de los heridos entre las trincheras de los ejércitos enemigos y para dirigir a los soldados perdidos de nuevo a la seguridad de las trincheras. Incluso detectó a un espía alemán cerca de las trincheras aliadas, escondido entre unos arbustos, al que retuvo atacándole hasta que los soldados de la división llegaron y pudieron detenerlo. Por capturar a este espía enemigo, Stubby fue ascendido al rango de sargento por el comandante de la División de Infantería 102. Así se convirtió en el primer perro que tuvo rango en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. 

Posteriormente Stubby fue herido durante un ataque con granadas, recibiendo una gran cantidad de metralla en el pecho y la pierna. Fue trasladado a un hospital de la Cruz Roja para una cirugía adicional y cuando se recuperó de las heridas empezó a moverse por el edificio visitando a los soldados heridos e impulsando la moral. Era especialmente querido por la forma en que consolaba a los soldados que habían sido heridos en los combates, acostándose con ellos y negándose a dejarlos. Al acabar la guerra, Stubby había servido en 17 batallas, dirigido a las tropas estadounidenses en varios desfiles y fue visitado por el presidente americano Woodrow Wilson. Fue galardonado con varias medallas por su heroísmo y nombrado miembro vitalicio de la Legión Americana y de la Cruz Roja. Murió en 1926 y su cuerpo está disecado, en exhibición en el Instituto Smithsonian de Washington.

Rip

Rip salvó más de 100 vidas en la Segunda Guerra Mundial.

Rip era un perro mezcla de razas terrier, que fue galardonado con la Medalla Dickin al valor en 1945 como reconocimiento a su gran valía como perro de búsqueda y rescate durante la Segunda Guerra Mundial, medalla que llevó con orgullo en su cuello a partir de entonces hasta que murió en 1946. Se le atribuye haber salvado la vida de más de 100 personas. Rip comenzó a actuar como un perro de rescate, tras un intenso bombardeo en Londres en 1940, siendo utilizado para rastrear víctimas atrapadas bajo los edificios y se convirtió en el primer perro de búsqueda y rescate. En doce meses entre 1940 y 1941, rescató más de un centenar de víctimas de los bombardeos en Londres. Su éxito consiguió empujar a las autoridades para entrenar perros de búsqueda y salvamento hacia el final de la Segunda Guerra Mundial. Cuando murió en 1946, Rip se convirtió en el primero de una serie de ganadores de la medalla Dickin en ser enterrado en el cementerio PDSA en Ilford, Essex. En su lápida está escrito: “El perro cuyo cuerpo yace aquí jugó su parte en la Batalla de Gran Bretaña”.

Gander

Gander murió al recoger una granada con la boca y alejarla de los soldados.

Gander fue un perro de raza Terranova que el dueño original regaló al Real Cuerpo de Fusileros, un regimiento del ejército canadiense destinado en el Aeropuerto Internacional de Gander. Los soldados fueron quienes le pusieron el nombre y cuando la unidad fue enviada a Hong Kong en el otoño de 1941, Gander marchó con ellos. 

La Batalla de Hong Kong comenzó el 8 de diciembre de 1941, un día después del ataque a Pearl Harbor. Gander ayudó a luchar contra los invasores japoneses en tres ocasiones, en la última recogió una granada japonesa que cayó al lado de un grupo de soldados canadienses y la llevó hasta donde no podía hacer ningún daño muriendo en la explosión que siguió, pero salvando la vida de varios soldados canadienses heridos. Después de los esfuerzos del Museo Canadiense de Guerra, se le concedió la Medalla Dickin el 27 de octubre de 2000 por sus heroicas acciones en la Segunda Guerra Mundial y por salvar las vidas de soldados de la infantería canadiense durante la Batalla de Lye Mun en la isla de Hong Kong en diciembre de 1941. En tres ocasiones documentadas, Gander intervino en su valiente defensa de la isla. Dos veces los ataques de Gander detuvieron el avance del enemigo y sirvió de protección para los soldados heridos. En un último acto de valentía, Gander murió en acción al explotarle una granada. Sin la intervención de Gander muchas más vidas se habrían perdido en el asalto. Ante la insistencia de los supervivientes de la batalla, su nombre fue incluido con los de miles de personas en el “Hong Kong Veterans Memorial Wall” en Ottawa, Canadá. 


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