Su propietaria planea que en el edificio se impartan clases de idiomas para extranjeros y se presten servicios sociales.
En la bella ciudad de Braunau am Inn (Austria) la cuestión sobre qué hacer con el edificio donde nació Adolf Hitler ha estado presente desde hace décadas ante el temor de que pudiera convertirse en un santuario para los neonazis pese a que Hitler sólo vivió allí tres años, edad en la cual se mudó a Passau, en Baviera (Alemania).
Fuera de la vivienda, que fue comprada por el asesor privado de Hitler en 1938 y posteriormente pasó a manos privadas, sólo hay un pequeño monumento de piedra que da cuenta de la importancia de la estructura. Hasta el año pasado fue utilizado como un centro de día que acogía talleres para personas con dificultades de aprendizaje, pero poco se ha hecho con la casa, ya que la propietaria se niega a venderla y ha bloqueado cualquier intento de reformar el interior.
Sin embargo ahora, según explica un diario austriaco, la propietaria, que permanece en el anonimato, ha propuesto convertir la casa en un "centro de integración" para inmigrantes que ofrezca cursos de idiomas y preste servicios sociales.
El problema ha crecido hasta el punto de que el Ministerio del Interior austriaco llevó a cabo, la pasada semana, una reunión con representantes de la ciudad para tratar el asunto. Sin embargo, el periódico Austrian Times asegura que los planos para convertir la vivienda donde nació Hitler en un centro para inmigrantes, será aceptado en breve por las autoridades.
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