lunes, 2 de junio de 2014

Famosos que burlaron la muerte




Daniel Radcliffe. 


Durante el rodaje de 'Harry Potter y el cáliz de fuego', la cuarta película de la saga, el actor Daniel Radcliffe sufrió un accidente que casi acaba con el mismísimo Harry Potter. El actor tenía que rodar unas escenas bajo el agua en las que no podía llevar oxígeno, ya que se suponía que gracias a un truco de magia le habían salido branquias. Cuando el equipo se encontraba ya sumergido, Radcliffe empezó a hacer gestos, indicando que se estaba ahogando. Rápidamente acudieron a rescatarle y todo se quedó en un susto. El actor declaró que solo había sido un momento de pánico y le obligaron a hacer unos cursos de submarinismo para aprender a aguantar la respiración.

Tom Hanks. 


Durante el rodaje de la película 'Náufrago', el actor Tom Hanks casi fue víctima de su propio personaje. Debido a la caracterización y el entorno hostil en el que tenía que moverse, Hanks sufrió varios cortes en las piernas que terminaron infectándose. "Náufrago me llevó al hospital. Estuve durante tres días con una infección que casi acaba con mi vida. Yo no tenía ni idea, pensaba que solo era un corte, pero entonces fui al médico y me dijo que tenía que ingresar de urgencia, ya que la infección se estaba extendiendo y si llegaba a la sangre, podía morir", declaró el actor. "Tuvimos que dejar el rodaje durante tres semanas hasta que pude recuperarme". La película costó una fortuna, pero recaudó casi el doble en taquilla. Un éxito más para el inmortal Tom Hanks.

Johnny Depp. 


La experiencia cercana a la muerte de Johnny Depp fue más un susto que otra cosa. Durante el rodaje de Los diarios del ron, el actor y el director de la película, Bruce Robinson, cogieron un avión privado para acudir al set de rodaje cuando, de repente, empezó a caer en picado. "El avión empezó a caer. El ruido de los motores se paró. Todo era silencio", contó el actor en una revista. "Bruce y yo nos miramos y pensé: '¿Esto es todo?'. Nadie dijo ni una palabra, menos nosotros, que empezamos a reírnos histéricamente y a gritar: '¡Esto es la muerte!'". Pero entonces, se hizo el milagro y los motores volvieron a funcionar con normalidad. El actor y el director salvaron la vida, se hicieron íntimos -"fue una experiencia que nos unió mucho. Casi morimos juntos", declaró Depp-, y, eso sí, la película fue un auténtico fracaso. No se puede tener todo.

Eminem. 


El rapero Eminem saltó a la fama en 1999. Sus discos se convirtieron en los más venidos de la historia del rap, ganó todos los premios posibles y se entregó a una vida de desenfreno, fiestas y drogas. Durante años, el rapero mantuvo un ritmo frenético hasta que un buen día se despertó en el hospital, debido una sobredosis de metadona. Los médicos le dijeron que había estado a punto de morir, que si hubiesen tardado dos horas más en encontrarle, no hubieran podido hacer nada por su vida. "Supe que tenía que cambiar de vida", declaró el cantante. "Pero la adicción a las drogas es muy difícil de vencer. En tres semanas volví a consumir y en un mes estaba a los mismos niveles de antes del accidente. Entonces, me asusté y supe que o pedía ayuda, o iba a morir". Eminen se retiró de los escenarios durante un tiempo, ingresó en desintoxicación y volvió renovado.

Jason Priestley. 


La vida profesional no le ha sonreído demasiado a Jason Priestley, uno de los actores protagonistas de la serie Sensación de vivir. No obstante, el destino ha sido mucho más benévolo con su vida personal. El actor es un reconocido aficionado a las competiciones de coches -además de ser dueño de un equipo, lleva compitiendo desde mitad de la década de los noventa-, una afición que casi le cuesta la vida. Priestley estaba compitiendo en el Kentucky Auto Racing Speedway cuando su coche se estrelló contra un muro a 180 millas por hora. El actor, que estuvo técnicamente muerto durante unos segundos, fue trasladado al hospital universitario de Kentucky y de ahí a Indianapolis, donde terminó de recuperarse. Aunque que esta experiencia no le hizo replantearse nada y continuó compitiendo. Ojalá hubiera tenido tanta suerte en su trabajo...

Donald Sutherland. 


El actor Donal Sutherland casi muere en 1970 por culpa de una meningitis durante el rodaje de 'Los violentos de Kelly'. El actor se trasladó a Yugoslavia para filmar unas escenas y acabó pasando seis semanas en el hospital. Sutherland sufrió un ataque de meningitis, para el que los médicos del hospital no tenían el tratamiento adecuado y entró en coma. "De repente, el dolor y la fiebre se evaporaron. Noté como flotaba encima de mi cuerpo, rodeado por una suave luz azul. Empecé a adentrarme en un largo túnel, alejándome de la cama del hospital, cuando, de momento, volví a encontrarme dentro de mi cuerpo", declaró el actor. "Los médicos me dijeron que había muerto durante unos minutos".

Drew Barrymore. 


La actriz Drew Barrymore es toda una superviviente. Tras haber luchado contra un infierno de drogas y alcoholismo juvenil, Barrymore tuvo que enfrentarse a un accidente que casi le cuesta la vida. En 2001, la actriz estaba durmiendo en la casa que compartía con su entonces novio, el cómico Tom Green, cuando, de repente, se despertó rodeada de llamas. La pareja consiguió salvarse gracias a los ladridos de su perro, que empezó a golpear la puerta sobre las tres de la madrugada. Ambos salieron ilesos, aunque los daños en la vivienda alcanzaron los 700.000 dólares. Suponemos que el pobre perro también pudo salir indemne.

Joaquin Phoenix. 


La tragedia estuvo a punto de cobrarse otra vida en la familia Phoenix en 2006. Tres meses antes de ingresar en una clínica de desintoxicación por alcoholismo, el actor Joaquin Phoenix sufrió un accidente de coche mientras iba conduciendo por una carretera cerca de Los Ángeles. Los frenos del vehículo se rompieron, el coche salió de la carretera y empezó a dar vueltas, dejando al actor atrapado dentro. Phoenix escuchó una voz que le decía: "Relájate", a lo que el actor le respondió: "Estoy bien. Estoy relajado", mientras trataba de encenderse un cigarrillo dentro de la cabina llena de gasolina. La voz resultó ser el director alemán Werner Herzog, que había sido testigo del accidente, e impidió que Phoenix encendiera el cigarrillo y volara por los aires. Herzog rompió una de las ventanillas del coche y consiguió sacar al actor y llevarle al hospital.

Sharon Stone. 


La actriz Sharon Stone casi no llega a cumplir los 40. Cuando estaba entrenando para correr un maratón benéfico, sufrió un derrame cerebral al reventarle una arteria en la base del cráneo. La actriz fue trasladada al hospital donde estuvo debatiéndose entre la vida y la muerte. Tras recuperarse, Stone declaró que había entrado en un vórtex de luz y que se le habían aparecido algunos amigos fallecidos. Pero aun así, describió el drama como una experiencia maravillosa. "He aprendido a no tener miedo a la muerte y a decirles a otras personas que es una cosa fabulosa y que la muerte es un regalo", declaró posteriormente. "No es que tengas que suicidarte, pero cuando llegue el momento de la muerte, hay que saber que es algo maravilloso". Y si lo dice Sharon Stone, será verdad...

Burt Reynolds. 


El legendario actor Burt Reynolds estuvo a punto de morir en 1984, mientras rodaba la película 'Ciudad muy caliente'. Reynolds se rompió la mandíbula con una silla de metal durante una escena de pelea y tuvo que ser hospitalizado. Como consecuencia del accidente, además de perder 13 kilos por tener que someterse a una dieta líquida, empezó a utilizar analgésicos y pastillas para dormir. Durante cuatro años, el actor llegó a consumir una media de 50 pastillas al día, según declaró a una revista 10 años después. A ese ritmo, llegó un momento en que Reynolds quiso parar, dejó de tomarse las pastillas de golpe y entró en coma. Durante las ocho horas que estuvo inconsciente, tuvo tiempo para salir de su propio cuerpo y escuchar a los médicos decir: "Le estamos perdiendo". Pero Reynolds era más duro que todo eso.

Jane Seymour. 


La actriz Jane Seymour saltó a la fama gracias a interpretar a la Doctora Quinn, pero ni incluso los conocimientos sobre medicina que pudo aprender durante el rodaje de la serie le sirvieron para evitar una experiencia cercana a la muerte. La actriz contrajo una fuerte gripe durante el rodaje de unas escenas en exteriores y acudió al hospital para que le suministraran un antibiótico, con tan mala suerte que la enfermera encargada de pincharle se equivocó y le inyectó el antibiótico en una vena en lugar de en el músculo y, claro, la actriz entró en shock. Durante el tiempo que estuvo inconsciente, la actriz salió de su cuerpo, vio cómo los médicos trataban de reanimarla y sintió como una luz blanca la llamaba desde arriba. Pero Seymour no estaba preparada para morir y volvió a su cuerpo. A partir de ese momento, cambió su concepción de la vida y decidió que iba a tomarse las cosas menos en serio.

Elizabeth Taylor. 


No ha habido nadie en Hollywood, y seguramente en el mundo, que haya sufrido tantas experiencias cercanas a la muerte como Elizabeth Taylor. La oscarizada actriz, que falleció a los 79 años, ya era una veterana en eso de enfrentarse al destino. Con tan sólo 12 años se rompió la espalda rodando una de sus primeras películas, con 20 sufrió una neumonía casi mortal, tuvieron que practicarle una traqueotomía de urgencia en pleno rodaje y mantuvo una peligrosa relación con el alcohol y las pastillas. Pero la peor experiencia de la actriz ocurrió unos meses después de la muerte de su tercer marido, Mike Todd. Taylor pasó por quirófano y, literalmente, falleció en la mesa de operaciones. Años después declaró que vio un túnel de luz y, al final, a su marido recién fallecido. Taylor le dijo: "Mike, quiero estar contigo", a lo que su marido le respondió: "No, cariño, Tienes que darte la vuelta y volver, todavía tienes mucho que hacer, no te puedes rendir". Y así resucitó.

George Lucas. 


Por culpa de un accidente, el mundo casi se queda sin disfrutar de la saga de 'Star Wars'. El director George Lucas, antes de convertirse en uno de los hombres más ricos de Hollywood, fue un joven muy rebelde, con muy pocas ganas de estudiar y mucho interés por las carreras de coches. Tanto fue así que, tres días antes de graduarse del instituto, Lucas participó en una carrera de coches y se vio envuelto en un accidente que le tuvo tres días en el hospital con su vida pendiendo de un hilo. Cuando se recuperó, tras dos o tres semanas ingresado, el director cambió su estilo de vida. "No puedes tener una experiencia así y no pensar que debe haber una razón por la que te ha pasado a ti. Me he dado cuenta que debo dedicar mi vida a averiguar cuál es ese motivo y a tratar de completarlo", comentó el director tiempo después. 



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