NUEVA YORK (Reuters) - Don Skinner, un veterano de guerra de la Fuerza Aérea estadounidense, se levanta con la primera luz del amanecer, se toma su pastilla para el colesterol y un café instantáneo y enciende su computadora para pasar ocho horas al día contando historias de guerra sobre caídos que ya no pueden narrarlas.
La reverencial rutina es muy importante para este hombre de 83 años, el más anciano de los 200 voluntarios que han creado perfiles en internet de estadounidenses que murieron en actos de servicio.
Estas cuentas se pueden ver en el "Muro del Honor" de la página web Togetherweserved.com, un lugar de reunión en la red para veteranos de guerra y sus seres queridos.
"Las historias de estas personas tienen que ser contadas", dice Skinner, al que se le concedió la medalla Corazón Púrpura y la Estrella de Bronce cuando era sargento y atendió a sus compañeros heridos en Vietnam en 1968, a pesar de que estaba gravemente herido.
Skinner formó parte del Ejército entre 1949 y 1974, un periodo que también incluyó la guerra de Corea.
Entre sus tratamientos por cáncer de vejiga y colon, Skinner, un viudo que vive en Carolina del Sur, ha investigado y creado 858 perfiles para el Muro del Honor en los últimos cinco años. Hay unos 100.000 perfiles en el sitio.
El tráfico de la página aumenta durante del Día de los Caídos, dijeron los organizadores, que indicaron que durante esta festividad estadounidense el año pasado el sitio recibió 40.731 visitas, muy por encima de su promedio diario de 5.889.
Muchos jóvenes usuarios dijeron que la página destaca el servicio militar de sus seres queridos que ya han fallecido.
David Baker, un maquinista de la Marina de 38 años de Dallas y que actualmente vive en Japón, dijo que los perfiles le habían ofrecido conocer la experiencia de su bisabuelo en la Primera Guerra Mundial y la de su abuelo en la Segunda Guerra Mundial.
"He aprendido mucho al buscar en toda esta información sobre lo que él hizo desde que murió sin que pudiera preguntarle", escribió Baker en la web.
(Reporte de Barbara Goldberg. Traducido por la Redacción de Madrid).Fuente
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