lunes, 2 de junio de 2014

Maléfico diseño original pensado para E.T.


El diseñador Rick Baker posteó viejas imágenes en Twitter de los trajes pensados para un film anterior, que luego fueron la inspiración para el del pequeño extraterrestre.

ET es una de las películas de ciencia ficción más sensibles que hay. Con una historia simple, y apelando todo el tiempo a la blanca visión del mundo que tienen los chicos, Steven Spielberg, construyó uno de los films más taquilleros de la historia. En estos días, a través de Twitter, el especialista que ideó el traje del pequeño extaterrestre mostró diseños viejos de lo que iba a ser el original y algo maléfico alien, material que quedó descartado para siempre. 

Rick Baker, uno de los mejores responsables de efectos especiales de la historia del cine, posteó en Twitter varias fotografías de sus diseños originales que iban a tener los visitantes del espacio de Night Skies, una película que iba a continuar Encuentros cercanos del tercer tipo, también de Spielberg, pero en un tono sumamante oscuro, con mucho suspenso y terror.


"Como me lo pidieron, acá está el alien de Night Skies. Sin terminar, sin sus ojos. Cúbranle la parte superior de la cabeza y díganme, ¿a quién se parece?", preguntó a través de su cuenta, Baker, quien luego siguió posteando imágenes viejas de otros trajes.


La historia de Night Skies estaba en preproducción cuando Spielberg realizaba Los cazadores del arca perdida, la primera parte de la saga de Indiana Jones. En un parate del rodaje, el director habló con Melissa Mathison, la entonces pareja y posterior esposa de Harrison Ford.



Cuando ella escuchó un fragmento del guión, Spielberg determinó el futuro de E.T. "Ella lloró luego de escuchar la historia que había uno de los alienígenas bueno, dulce y generoso. La idea de una relación entre una criatura y un chico que viene de un hogar roto, lo afectó mucho", recita en el libro Films of Steven Spielberg el periodista Neil Sinyard.



Allí es cuando el director descartó completamente Night Skies y se dedicó a producir E.T. Ahí, sin querer, Spielberg tenía en sus manos el boceto de lo que luego fue la mejor película sobre extaterrestres que existe en el séptimo arte. Esa en la que un pequeño y curioso extraterrestre enseña al mundo lo que puede llegar a hacer el amor por la pertenencia a un lugar. Esa en la que su final conmovedor deja lagrimeando a cualquiera.



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